Goleada Histórica - 99 bolas rojas

Como si estuviéramos en una sinfonía desencadenada de Ludwing Van Beethoven en la mismísima Opera parisina, y sin exagerar muchachos, el domingo, en el Club Regatas se oyó la música mas dulce que suena en los oídos del rugby, la guinda bailando por toda la cancha, en un concierto teñido de Rojo a puro violín y batuta.-

Recurro a mi dulce amigo Jack para poder seguir escribiendo y de alguna u otra forma contarles que se vivió tanto dentro como fuera de la cancha, en un partido donde se presuponía mas allá del clásico, iba a ser diferente al último vivido el año pasado, los crecimientos rugbísticos de uno y otro equipo echaban por tierra cualquier insinuación de que los “clásicos son un partido aparte”, el Rojo fue el subcampeón de la pasada edición mientras que sus primos terminaron en las últimas posiciones, y en este torneo, el Rojo buscando la clasificación a la ronda campeonato con el firme propósito de ser el Campeón y un Salto Grande que resiste en el fondo de la tabla.-

Mas allá del dominio absoluto Los Espinillos, mucha gente se pregunta que pasó con el Club del Parque San Carlos, que como si fuese una represa hecha por castores, Salto grande aguantó los primeros 15 minutos la ansiedad roja para que luego de vulnerar el ingoal con el primer try del partido a través d Pit Chac se generara el efecto cascada de tries (fueron 17, leyó bien, diecisiete en todo el partido) donde mas allá de la poca resistencia de los blanquiazules, Espinillos jugó un partido perfecto en ataque, donde le salió todo lo que se propuso, germinando el juego en su pack demoledor (apoyaron 6 tries) para que luego a través de sus tres cuartos guiados por la pareja de medios Pessolani-Ortiz, la línea roja marcara tries de todos los ángulos y forma posibles, con un Negro Scaiola que dejó el ego en su casa e iluminado de inteligencia, precisión, actitud y mucho despliegue hizo jugar a sus compañeros de la línea que apoyaron 10 tries en total.

Fue un 99 a 0 histórico para la memoria roja, vaya número para los quinieleros de Congreve, vaya los ñoquis del 29 que bien que sentaron, si el domingo soltaron el globo rojo acompañando a su dueña y amiga La Pelota, esperándola en las 22 o detrás del ingoal, jugando a una especie de mancha. El globo escapando de una patota. El globo acorralado. El globo multiplicándose en más y más globos………………en 99 bolas rojas.-

Eugenio Sarriegui, para Diario El Sol